¿De verdad? ¿Es en serio?


Aunque no es lo habitual en este blog, hoy nos ponemos un poco críticos, pues estamos escuchando de unas semanas a esta parte un anuncio publicitario que nos hace preguntarnos ¿De verdad? ¿Es en serio?...
La campaña pertenece a una conocida ONG y describe una conversación entre un vendedor de fruta y una clienta: “¿Entonces, te pongo un kilo de manzanas?” –pregunta el vendedor. “Sí” -dice ella- “medio para comer y medio para tirar”. Y nos explica la voz en off que cada año desperdiciamos la mitad de la comida que producimos y lo relaciona de forma directa con los 700 millones de personas que pasan hambre en el mundo. “No necesitamos más comida, necesitamos más gente comprometida” termina diciéndonos el anuncio.
Por aquello de que recrea un escenario absolutamente cotidiano para nosotros, el anuncio llamó poderosamente nuestra atención desde el primer momento, sin poder evitar sentir que algo no estaba bien enfocado. Escuchándolo detenidamente en emisiones posteriores nuestra opinión es clara: es un anuncio simplista, fuera de foco y manipulado. Lo cual, viniendo de una ONG experta en la ayuda humanitaria, nos parece del todo inapropiado.
Ojala terminar con el hambre en el mundo fuera tan fácil como comprar todos menos comida. Pero señores anunciantes… ustedes saben que no es así.
Lo primero que se da es una manipulación de la información en apenas dos frases seguidas. Una señora habla de que va a tirar medio kilo de manzanas y la voz en off dice que tiramos la mitad de la comida que producimos. ¡Ojo! Que producimos, no que compramos. Y desgraciadamente es verdad. Y se tira, señores anunciantes, por especulación. Ni más ni menos. Porque las multinacionales del sector agrónomo regulan el precio a su antojo reteniendo o tirando la producción.
Nos parece simplista porque poca gente conoce las causas de la pobreza y el hambre en el mundo como las ONG que trabajan allí, y son mucho más complicadas y ajenas a nuestros hábitos de consumo de lo que nos gustaría:
Guerras promovidas por el primer mundo para la venta de armas (legales e ilegales).
Gobiernos totalitarios corruptos sostenidos por intereses comerciales.
Intereses económicos o estratégicos que torpedean cualquier posibilidad de desarrollo e  igualdad.
Multinacionales ávidas de mano de obra barata.
Bienes limitados que no estamos dispuestos a repartir como el petróleo, el gas o el agua.
Y un largo etcétera.
¡Por supuesto que estamos de acuerdo con el consumo responsable! Es vital para la supervivencia en este planeta finito mirar más allá de nuestro afán acumulador y moderar nuestro consumo. Y no hay duda de que puede revertir en una mayor igualdad entre países. Pero esto último sucederá cuando los gobiernos se comprometan a que así sea. O las personas se lo exijamos…
Y por supuesto, que tenemos una  inmejorable consideración a las ONG y su trabajo. Sin ellos el sufrimiento en el mundo sería mayor y nosotros, como mucha gente, colaboramos en ámbitos de solidaridad, en nuestro caso a través de asociaciones locales.
Tal vez por ello, o sobre todo por ello, nos ha parecido inapropiado este anuncio. Porque no todo vale para captar a personas comprometidas que quieran unirse a nuestra causa. La honestidad debe ser un valor unido al de la solidaridad.
Entendemos que poner el foco en las verdaderas causas del hambre en el mundo puede ser complicado para unas asociaciones cuyos proyectos dependen en gran medida de gobiernos y empresas, pero no creemos que sea justo hacer demagogia poniendo el foco sólo sobre nosotros.



Imagen: lopezdoriga.com

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