En cada estación del año
los productos del campo disponibles varían y con ellos los platos de nuestra cultura
culinaria. El tubérculo del que hablamos hoy es un buen ejemplo de ello pues en
seguida lo relacionamos con el invierno y las estufas u hornos de leña.
A pesar de lo “humilde”
de este vegetal que tan presente ha estado en la cultura rural, las propiedades
nutritivas del boniato son muy interesantes. Es un vegetal rico en
carbohidratos de fácil digestión. Destaca su riqueza en betacarotenos
beneficiosos para el sistema cardiovascular. Rica fuente de azúcares naturales
por lo que es recomendable su ingestión en la infancia y el embarazo así como en dietas deportivas. Deberán moderar
su consumo las personas diabéticas aunque no se desaconseja, pues su alto
contenido en fibra hace más lenta su digestión evitando las hiperglucemias. Y
como siempre, la sabiduría popular acertaba en relacionar su consumo con las épocas
más frías pues la vitamina A que posee refuerza el sistema inmunológico.
Los boniatos forman parte
de muchos postres tradicionales como los pasteles de boniato valencianos, pero
sin duda la forma más popular de prepararlos es asados. Para ello debemos
lavarlos bien y colocarlos en el horno envueltos en papel de plata. Mucho
más rápido se pueden cocinar en el microondas. Se pinchan con un tenedor y se
van programando varios minutos a fuerza máxima, comprobando de vez en cuando su
cocción pues varia mucho según la cantidad y los tamaños. Como referencia
diremos que tres boniatos medianos se asarían en 10/15 minutos. Estarán asados
cuando queden blanditos.
De esta forma tan
sencilla podremos saborear unos dulces, tiernos y nutritivos boniatos asados.
¡Que los disfrutéis!
Fuentes consultadas:
botanical-online.com
Imagen: belista.es
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