Entre los 4 y 6 meses se incorporan en la
alimentación de los bebés los primeros alimentos sólidos, lo cual es un gran cambio
en su rutina diaria pero también, una gran oportunidad de educar su paladar en
los buenos hábitos alimenticios, que le acompañarán de por vida.
Aunque el orden de los alimentos a
incorporar no es importante, se suelen empezar por los cereales sin gluten y
las frutas, puesto que es más fácil que el bebé los admita por su sabor dulce.
Las frutas más seguras en cuanto a alergias por las que
se suele empezar son la pera, el plátano, la manzana y la naranja. No obstante,
para comprobar la perfecta tolerancia del bebé, es recomendable incorporarlas
una a una, separadas por una semana como mínimo. Una vez comprobado que todas
son admitidas se pueden empezar a mezclar.
Para facilitar la futura transición de
los triturados a los trozos, una buena práctica es evitar el triturado excesivo
de los alimentos. Podemos rayar la manzana con un rayador fino, machacar el
plántano y la pera con un tenedor o incluso dejar chupar al bebé los gajos de
naranja -siempre con la supervisíón del adulto cuidando que no se lleve un
trozo demasiado grande- de esta manera, el bebé se acostumbra a notar pequeños
trocitos de alimentos en su boca y tolerará mejor en un futuro los platos no
triturados.
Una vez comencemos con las verduras, al
igual que con las frutas, iremos incorporándolas una a una para mezclarlas
posteriormente. Se puede empezar con aquellas más dulces como son la patata y
la zanahoria. Después incluiremos el puerro, la cebolla, el calabacín, el
tomate, la judía verde, el pimiento, etc. Coceremos todo en agua sin sal,
triturando posteriormente y añadiendo una chorradita de aceite de oliva.
En cuanto a los cereales, existen en el mercado
preparados para disolver en la leche, aunque también es positivo preparar, por
ejemplo, arroz, que es un cereal sin gluten muy natural y saludable. Se puede
cocer bien pasadito y luego machacarlo con un tenedor.
Una vez incorporados todos estos alimentos,
podemos cocinarlos en diferentes combinaciones para que el bebé pueda saborear
cada alimento y no se aburra, incluyendo una base de hidratos de carbono
(cereal o patata) con verduras, a las que en un futuro le añadiremos las
primeras carnes o pescados. Por ejemplo, un día podemos cocinar arroz con
zanahoria, y puerro, otro día patata con calabacín, judía verde y tomate, al
otro pasta (cuando ya tome gluten) con pimiento y tomate, etc.
Y nuestro último consejo es procurar que
la comida sea siempre un momento de placer. Es una buena idea permitir que el
niño tenga contacto con los alimentos utilizados dejando a su alcance algún
trocito, para que pueda jugar, tocarlo, olerlo, etc. Es mejor no enfadarse si
no come lo que esperamos, los niños se autorregulan muy bien. Además, debemos
recordar que en estos primeros meses los niños siguen siendo lactantes y tienen
cubiertas sus necesidades, siendo la incorporación de los alimentos más un tema
de educación que una necesidad física. Por tanto, relajemos nuestra actitud
ante la comida, dejemos que coma lo que necesite sin forzarle nunca y no proyectemos
nuestras dudas con comentarios negativos como “el otro día no le gustó la judia
verde ¡a ver hoy!” o cosas así, pues debemos tener en cuenta que un bebé necesita
tiempo de adaptación. Es posible que algo que comió bien ayer no quiera comerlo
hoy, y viceversa. Todo es nuevo para ellos y debemos respetar sus tiempos. Si
se lo permitimos y le ofrecemos los alimentos sin expectativas, veremos como
poco a poco se acostumbra y disfruta de la comida tanto como nosotros.
Fuentes consultadas. Libro: Un regalo
para toda la vida. Carlos González
Imagen: mamirecetas.com
gra ias por esta informacion. me ha srvido de mucha ayuda. tengo un nene recien empieza a come r frutas
ResponderEliminargra ias por esta informacion. me ha srvido de mucha ayuda. tengo un nene recien empieza a come r frutas
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