Estamos en la era de la oferta y la demanda y en este
panorama tan competitivo el pequeño comercio trabaja día a día y sin descanso
para estar a la altura. Y no es fácil, pues como todos podemos imaginar, los
medios no son los mismos que los que tiene una gran superficie comercial.
Tan sólo marcando la diferencia podemos llegar y calar en el
consumidor y para ello debemos potenciar aquellos valores que nos distinguen
con respecto a ellos.
Entre estos valores se encuentra la calidad del servicio. Si
elegimos comprar en la tienda de nuestro barrio, seremos atendidos por un comerciante
especializado en su producto que conoce la procedencia del mismo, la calidad,
durabilidad, etc. Además, con el tiempo, conocerá nuestras preferencias
pudiendo incluso mejorar el asesoramiento.
Comprar en el pequeño comercio es incentivar el consumo de
productos cultivados o fabricados en nuestro país, pues la forma proveerse es
absolutamente diferente a una gran superficie donde priman la variedad de artículos
y la oferta llamativa, frente a la procedencia local, la calidad o la frescura de
los productos.
También es positivo tener en cuenta que el comercio de
proximidad forma parte de una economía local que genera una riqueza más
distribuida, que revierte en nuestro entorno y que además crea empleo. A esto
hay que sumarle el hecho de que una empresa pequeña cotiza y paga sus impuestos
en el país donde reside, pues no gestiona enormes beneficios deslocalizados o invertidos
en otros países.
Fuera del valor estrictamente comercial, las tiendas de nuestras calles enriquecen nuestros barrios pues conforman un
paisaje de locales vistosos, de aceras animadas y con vida y nos ofrecen la
posibilidad de comprar los productos más cotidianos a pocos pasos de nuestra casa
y, obviamente, esto no es posible sin el consumidor que elige comprar en ellos.
En competencia a estos valores se encuentra la amplitud de
horarios que ofrece un centro comercial. Nosotros, en Frutería Luis Alberto,
pensamos que comprar producto fresco no debe ser un lujo al alcance sólo de
personas con tiempo libre. Pensamos que personas que trabajan con amplios
horarios o que por la circunstancia que sea viven cada día contra reloj,
merecen tener la posibilidad de acceder a la calidad de su comercio cercano,
por esta razón hemos ideado nuestro sistema de “Pedidos on-line”, para que el
cliente pueda hacer su compra en el momento que pueda -incluso fuera de horario
comercial- y pasar a recogerla cuando le venga bien, sin colas ni esperas.
Con ideas como esta, ilusión, especialización y mucho
trabajo, formamos parte del tejido comercial de Zalfonada y de la ciudad de
Zaragoza y desde aquí, os invitamos a apoyar el trabajo diario del comercio de
proximidad, pues ello impulsará su presencia en nuestro entorno facilitándonos
todo aquello que cotidianamente necesitamos, con calidad, servicio, trato
personalizado y sin tener que coger el coche.
Yo tambien tengo una tienda pequeña y estoi totlmente de acuerdo con lo que he leido. ojala todo el mundo se concienciara en un consumo responsable. mientras tanto nos queda el trabajo dia dia con ilusion y resistir estos tiempos dificles
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