La apariencia de los vegetales y sus propiedades




Es curioso como la naturaleza nos da pistas de cómo alimentarnos según nuestras necesidades, concretamente con los vegetales, pues con su apariencia, color o sabor,  nos dan información sobre sus propiedades y beneficios para nuestra salud.

Por ejemplo, las nueces una vez peladas con sus relieves y sus dos lados parecen un cerebro con sus dos hemisferios ¿verdad?, pues resulta que son ricos en fósforo y por tanto, son muy beneficiosos para nuestra llamada materia gris. Algo similar pasa con las alubias o las habas, cuya forma recuerda a los riñones y su composición resulta diurética y depurativa.

Los sabores también pueden ser una buena pista. Los vegetales de ligero sabor amargo como la alcachofa o la berenjena son buenos para el hígado y el sistema urinario.

Pero ante todo, a través del color de las frutas y verduras podremos recordar fácilmente los órganos de nuestro cuerpo a los que benefician sus nutrientes. Por ejemplo:

Todas las frutas y verduras de color rojo como las fresas, cerezas, tomates, etc. son ricas en licopeno y carotenos, los cuales tonifican el corazón y favorecen la circulación, y los alimentos de color naranja son buenos para la piel, puesto que son ricos en vitamina C involucrada en la formación de colágeno que aporta elasticidad y mejora el estado general de la piel. También encontraremos vegetales muy comunes de este color como las zanahorias, la calabaza o las naranjas.

Algunas semillas y legumbres oscuras como el café, el cacao o las lentejas son apropiadas para aliviar el estreñimiento ocasional, y aquellos vegetales de color blanco como el ajo, la cebolla o el champiñón son antibióticos naturales que favorecen nuestro sistema inmunológico.

Teniendo en cuenta todo esto, es acertado deducir que una buena dieta es aquella que incorpora vegetales de todos los colores posibles, siendo esta una manera muy sencilla de aseguramos una alimentación completa, sana y equilibrada.

Imagen: vivirsalud.imujer.com

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